Amigos, pareja y amante
Aprendí a creer en la amistad cuando llegaste a mi vida jugábamos, peleábamos, reíamos y fui la causante de sustituir un antiguo amor, pasaron días, semanas y un par de meses para que te dieras cuenta que no quería una simple amistad. Creí haber hecho lo mejor y fue decirte que me eras atractivo, que no te miraba con los mismos ojos de amistad que hacía un par de meses atrás.
Necesitamos uno del otro tuvimos el mejor amor de colegio que cualquiera de los dos pensó y vivió un corto año compartimos cada receso, almuerzos, escapadas dentro de ese año experimentamos demasiadas cosas sentimientos y experiencias, aprendí a decir te amo por primera vez a un hombre; fuiste mi segundo beso, esta relación creció, y llegaron cinco meses de relación a nuestras vidas y una de las tantas escapadas se convirtió en una simple y sencilla relación de pareja, me entregué en alma y en cuerpo fui tuya… Y desde ese momento nos convertimos en marido y mujer…
Los rincones de nuestro colegio fueron testigos del amor y la pasión que derrochábamos recuerdos tantas veces que hicimos el amor y otras veces nada más tuvimos sexo. Cada día que trascurría la pasión crecía y el deseo de estar el uno con el otro era desesperante; toda historia tiene sus espinas… Existió desconfianza, celos, interferencias y los terceros que no podían faltar.
Pensar en que terminaría para mí el último año de colegio era agobiante saber que yo me iba a otro mundo y mi otra mitad se quedaba en el colegio. Llego el día que no queríamos… termino el año; empecé la universidad y por más de un año y cinco meses logramos mantener nuestra relación, ambos, llegamos al límite… Todo nos molestaba, ya nada era alegría ni amor, aquel amor de colegio se esfumó él tenía un rumbo y yo otro, nuestros amigos ya no eran los mismos, aquel anillo de compromiso que un tres de Diciembre habías dado también desapareció, nuestras metas habían cambiado y ya no compartíamos ni la misma música, mucho menos una misma vida de pareja.
Las primeras semanas separados fueron tormentosas los recuerdos venían a cada segundo a mi mente, todo lo bueno y lo malo cruzaba mi mente y hería más mi alma. Cada noche rogaba a Dios olvidarte y si no te olvidaba que aparecieras así como te fuiste sin decir nada, sin decir adiós…
Esa fue tu cobarde partida, ahora en día no somos los mejor amigos, pero te deseo lo mejor mi “extralargue” y yo tu “paraíso” una cosa sabré decir y de la cual estaré toda vida orgullosa “Te fui fiel”, te amé hasta el último minuto de nuestra relación y eso para mí, es más que importante, espero encuentres la felicidad, así como yo la quiero encontrar …
Estaré siempre ahí a toda hora, en todo momento de Lunes a Domingo, sin cerrar al medio día.